- Articulo No. 01:
MUJER CORREDORA
- ANDROGENIA PSICOLOGICA
Muchas atletas pueden intentar compensar un comportamiento masculino o andrógino con el uso exagerado de los atributos femeninos. Esto es particularmente evidente en mujeres velocistas. Por ejemplo, las fotografías de Merlene Ottey, ganadora de la medalla de oro de los Juegos del Reino Unido en 1990, y campeona mundial de atletismo en 1993, la muestran usando trenzas en el cabello, collares, aros, y pulseras. Esto no se observa en la población en general, en donde las «no deportistas» tienden a usar aproximadamente el doble de adornos que las deportistas (Reilly y Brookes, 1988).
- COMPARACIONES ENTREN UN HOMBRE Y UNA MUJER
Existen diferencias notorias entre ellas podemos nombrar:
- Fuerza Muscular: No existen evidencias de un efecto del sexo sobre los tipos de fibra muscular. El área cross-seccional u horizontal del músculo es mayor en hombres que en mujeres y, por lo tanto, es responsable de las diferencias en la generación de fuerza entre ellos. Cuando los resultados de la fuerza de los flexores del codo fueron expresados por unidad de área cross-seccional del músculo, los datos para hombres y mujeres coincidieron en la misma línea de regresión (Ikai y Fukunaga, 1968). La ventaja de los varones parece radicar en tener músculos más grandes.
- Maximo consumo de oxigeno: Las diferencias por sexo, es del 50 % Cuando el VO2 mdx. se expresa en 1/min.; se reducen a casi el 20 % cuando los valores se expresan relativos al peso corporal. Sin embargo, las mujeres tienen más masa corporal en forma de tejido adiposo: el valor medio para la población del 15% para varones y 25% para mujeres, disminuye casi un 5-7 y 8-13 %, respectivamente, en corredores/as de fondo de nivel. Cuando se normalizan los valores de VO2 máx. por kg de peso corporal magro (o masa libre de grasa), aún persiste una diferencia de casi el 10 %, a favor de los hombres sobre las mujeres. Esta diferencia se debe, principalmente, al mayor volúmen sanguíneo y de hemoglobina en los varones. La concentración normal de hemoglobina es de casi 14.6 mg/dl en varones, pero casi 2 mg/dl menor en mujeres. Este hecho coloca a las mujeres en desventaja, ya que una menor cantidad de oxígeno es transportada a los músculos activos, durante ejercicios intensos.
- Termorregulacion: Las corredoras mujeres podrían estar en ventaja en ambientes fríos. Los mayores depósitos de tejido adiposo ubicados subcutáneamente aumentan el aislamiento del cuerpo contra el frío. Los varones podrían compensar el riesgo de hipotermia eligiendo ropas adecuadas, cuando se sale a correr en el frío.
- Diferencias anatómicas: Existen diferencias sexuales en la estructura anatómica que influyen en la carrera. La pelvis de la mujer es proporcionalmente más ancha que la del hombre, y también difiere el «ángulo Q», entre la pelvis y el fémur. Se sugirió que este detalle produce problemas de rodilla en las corredoras de fondo, ya que el fémur se inclina para adentro hacia las rodillas. Sin embargo, nuestros datos sobre lesiones en corredores de fondo varones y mujeres, largamente muestran distribuciones regionales similares, produciéndose la mayor cantidad de lesiones en la parte inferior de la pierna en ambos sexos (Reilly y Foreman, 1993; Garbutt y cols., 1988; Reilly y Rothwell,1988).
- CICLO MESNTRUAL Y EL EJERCICIO
Reilly y Whitley (1994) investigaron el efecto de la fase del ciclo menstrual y el uso de anticonceptivos orales sobre el rendimiento de las corredoras. El esfuerzo fue tolerado por más tiempo (62.1 ±7.4 min.) en la fase lútea, en comparación con la fase folicular (51.8 ± 7.2 min.), en corredoras eumenorreicas. Los cambios metabólicos fueron atribuidos a fluctuaciones en las hormonas esteroides, mientras que las respuestas fueron más estables en el grupo que utilizaba anticonceptivos orales.
Tabla 1. Perfil de los estados de ánimo durante las cuatro fases del ciclo menstrual (media ± DS). Los datos son de O’Reilly y Reilly (1990)
- AMENORREA DEPORTIVA
Se sabe que las mujeres atletas que entrenan en forma intensa, experimentan rupturas del ciclo menstrual normal. Una irregularidad es el acortamiento de la fase lútea (Bonen y cols., 1981). También se reportó amenorrea secundaria, o ausencia de menstruación durante un período prolongado (> a 90 días). La llamada «amenorrea deportiva» está ligada con bajos niveles de adiposidad corporal, bajo peso, altas cargas de entrenamiento, y «stress».
Tabla 2. Factores relacionados con la amenorrea en una muestra de atletas británicas. Los datos (media ± DS) son de Reilly y Rothwell (1988), (a) indica P< 0.05, (b) indica P< 0.01.
- EL EJERCICIO DURANTE EL EMBARAZO
Existen cambios fisiológicos pronunciados durante el embarazo que inciden en el rendimiento deportivo, o en la continuidad del entrenamiento. Estos cambios incluyen alteración en las concentraciones hormonales (particularmente progesterona y gonadotrofina coriónica humana), incremento del volúmen plasmático y de glóbulos rojos, aumento de la respuesta ventilatoria, y cambios asociados en la pCO2. El peso corporal aumenta durante el embarazo, y este hecho altera la posición del centro de gravedad. El aumento promedio en el peso durante este período de embarazo es de aproximadamente 10 kg, siendo más lento en el primer trimestre.
A pesar de estas dificultades hay muchos ejemplos de mujeres que retornan a la competición seria dentro de los 6 meses después del parto, y algunas producen una mejor performance en carrera una vez que han formado su familia.
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- Articulo No. 02.
MUJER Y ENTRENAMIENTO DE LA FUERZA
La media de la fuerza máxima global en la mujer es el 63,5% del total de la del hombre; la fuerza media isométrica de las mujeres en el miembro superior es el 55,8% de la de los hombres, y en el miembro inferior supone el 71,9% de la de los varones igualmente (Laubach, L.L., 1976). Si estableciéramos un valor general, la fuerza del miembro superior de la mujer sería igual al 55% de la de los hombres, y la del tren inferior al 72% (Bishop P. et al., 1987; Laubach, L.L., 1976; Wilmore J. et al., 1978).
Esta gran diferencia entre sexos es el resultado de las distintas posibilidades de movimiento de diferentes articulaciones (extensión del codo, flexión del hombro, extensión de cadera) del miembro superior e inferior, y de diferencias también en la distribución de la masa muscular en diferentes partes del cuerpo.
La masa corporal normalmente es dividida en dos tipos cuando se analiza la composición corporal de un sujeto, la masa grasa y la masa libre de grasa, o masa muscular. De esta forma, si un sujeto pesa 100kg, y tiene un 15% de grasa corporal, sus valores de composición corporal serían los siguientes: Masa grasa = 0.15 x 100kg = 15 kg
Masa magra (LBM) = Masa corporal total – masa grasa = 100 – 15 = 85 kg.
Fleck, S., Kraemer W. (1997)
- Aspectos Fisiológicos Relacionados con el Entrenamiento de Fuerza en la Mujer
En general, la masa muscular del tren superior presenta las mayores diferencias en fuerza entre ambos sexos. Ello puede estar relacionado con un menor porcentaje de masa muscular (LBM) en la mujer (Millar, A., et al., 1992). De esta forma, enfatizando el entrenamiento para desarrollar esta musculatura, una mujer puede evitar que este factor limite sus capacidades de rendimiento en un deporte en el que sea necesaria una gran fuerza del tren superior.
La musculatura en ambos sexos tiene las mismas características fisiológicas y responde al entrenamiento de la misma forma. La producción de fuerza del músculo está directamente relacionada con el área de sección transversal (Millar, A., et al., 1992; Alway, S.E., et al., 1990). Esto parece ser cierto en todas las velocidades de movimiento (Alway, S.E., et al., 1990).
No obstante, hay alguna indicación de que la fuerza máxima isométrica por área de sección transversal (Ryushi, T., et al., 1988), la máxima fuerza isométrica por unidad de volumen muscular (Davies, B.N., et al., 1988), y el peso de una repetición máxima (1RM) por el área de sección transversal (Ryushi, T., et al., 1988) son menores en las mujeres. Ahora bien, estas diferencias no tienen porqué influir en el diseño del programa de entrenamiento (Fleck, S., Kraemer, W.J., 1997, 2004).
En general, ambos sexos disponen del mismo porcentaje de fibras tipo I y tipo II en un músculo en particular (Drinkwater, B.L., 1984), aunque está bien demostrado que la media del músculo vasto lateral de los hombres tiene un mayor porcentaje (62% vs. 50%) de fibras tipo II que el de las mujeres (Millar, A., et al., 1992). No obstante, la composición de fibras puede variar de un músculo a otro.
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- Articulo No. 03
ENTRENAMIENTO FISICO Y EL CICLO MENSTRUAL
El ciclo menstrual de las mujeres en unos de los ritmos biológicos mas importantes, precedido solamente por el ritmo circadiano; para su estudio y análisis a la luz de las ciencias del deporte.
Se divide en tres fases a 22 saber: folicular, lútea y menstrual, cada una de ellas asociada a diversos cambios fisiologicos, hormonales y emocionales.
En dichos cambios de orden físico y psicológico que se presentan en cada una de las fases, pueden afectar el rendimiento de las mujeres en las actividades deportivas y de entrenamiento físico.
Entre dichas afectaciones se encuentran algunas de carácter positivo y otras negativas, a continuación se enumeran algunas de estos cambios descritos por Macias:
Cambios negativos:
• Aumento de la masa del cuerpo por la retención de líquidos
• Aumento de la glucosa sanguínea basal durante la menstruación
• Aumento del volumen de respiración por minuto en reposo durante la fase lútea
• Disminución de la temperatura corporal durante la fase de ovulación seguido por un aumento considerable durante la fase folicular
• Aumento de la motilidad gástrica durante la menstruación
• Disminución del tiempo de supervivencia del número de plaquetas
• Aparición del síndrome pre menstrual
• Cambios en estado de ánimo, modificaciones en el sueño y estados de agresión
Cambios positivos:
• Aumento de la actividad diaria habitual en la fase posmenstrual
• Mejor disposición para la asimilación de carga de entrenamiento
• Estados de ánimo favorables para la ejecución de carga física
• Mayor volumen de oxígeno máximo (vo2max) y la segregación de hormonas como progesterona, testosterona, folículo estimulante, cortisol, entre otras (2015, Revista Archivo Médico de Camagüey, 19(3), 203-205. p. 203)
Referencia